Los medios de comunicación son esenciales para las elecciones
democráticas. Una elección libre y justa no se trata solamente de votar en las condiciones
adecuadas, sino que también es necesario contar con información relevante sobre
los partidos, las políticas, los candidatos y el propio proceso electoral, a
efecto de que los electores estén en condiciones de hacer una selección
informada. Por lo tanto, hablar de una elección democrática sin que exista libertad
en los medios de comunicación sería una contradicción.
No obstante, la paradoja está en que, para asegurar esa libertad,
es necesario cierto grado de regulación. Por ejemplo, habría que establecer que
los medios gubernamentales, cuyos fondos provienen de los recursos públicos, estén
en la obligación de brindar una cobertura justa y un acceso equitativo a los
partidos de oposición. A los medios, con frecuencia, les estaría restringida la
publicación de informes —sobre encuestas de opinión o resultados preliminares—
antes de que todos los votos hubieran sido emitidos.
Cuando se habla de medios de comunicación masiva —a menudo
denominados simplemente "los medios"—, en general se suele hacer
referencia a la prensa escrita y a las emisoras de radio y televisión. Ahora
bien, en los últimos años, esa definición puede haberse ampliado para abarcar
la Internet en sus diversas formas y otras nuevas vías de distribución
electrónica de noticias y entretenimiento, como el servicio de mensajes cortos
a teléfonos móviles.
La principal preocupación es el derecho que tienen los electores a
obtener información completa y exacta, aunque este no es el único derecho en
cuestión. Los partidos y candidatos tienen derecho a utilizar los medios de
comunicación para hacer llegar sus mensajes al electorado, mientras que los medios
tienen derecho a informar libremente y a indagar acerca de todo el proceso
electoral. Este control es, en sí, una garantía adicional de gran importancia contra
la interferencia o la corrupción en la gestión de la elección. El organismo
electoral (OE), por su parte, tiene la necesidad crucial de brindar información
a los electores —y a otros muchos grupos, incluidos los partidos políticos y
los propios medios de comunicación.
La relación del OE con los medios de comunicación, por lo tanto,
es bastante compleja. Existen, por tanto, tres tipos de relaciones que el OE
puede llegar a establecer con los medios de comunicación:
- Como regulador: el OE podría, en ocasiones, ser responsable del desarrollo y/o aplicación de los reglamentos que rigen el comportamiento de los medios de comunicación durante las elecciones (en particular, en lo que se refiere al acceso directo de los partidos políticos y los candidatos a los medios de comunicación). También podría ser responsable de ocuparse de las denuncias contra los medios.
- Como comunicador: el OE, invariablemente, querrá utilizar los medios para hacer llegar sus propios mensajes al electorado.
- Como fuente de noticia: el OE atraerá la atención de los medios durante todo el proceso electoral, y estarán interesados en la información que pueda proporcionarles. Al mismo tiempo, es probable que analicen el desempeño del OE y la eficiencia e integridad de las elecciones.
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